Fortaleza en el sufrimiento
Cuando Sammy, de dieciocho años, recibió a Jesús como Salvador, su familia, de una fe diferente, lo rechazó. Pero otra comunidad cristiana lo recibió, alentándolo y financiando sus estudios. Posteriormente, cuando su testimonio se publicó en una revista, la persecución fue mayor.
Acercarse a Dios
Una mujer que deseaba orar, tomó una silla vacía y se arrodilló delante de ella. Con lágrimas en los ojos, exclamó: «Padre celestial, por favor, siéntate aquí; ¡necesitamos hablar!». Después, mirando directamente el espacio sobre la silla vacía, oró. Ella demostró confianza al acercarse al Señor; imaginó que Él estaba sentado en la silla y creyó que escuchaba su petición.
Testigos activos
En un proceso judicial, los testigos son participantes activos que ayudan a determinar el resultado de un caso. Lo mismo es verdad sobre nuestro testimonio para Cristo. Debemos participar de forma activa en una cuestión importantísima: la verdad sobre la muerte y la resurrección de Jesús.
En todas las circunstancias
En el barrio residencial donde vivo, nos quejamos permanentemente de los cortes de luz. Pueden ocurrir tres veces por semana y durar todo un día. Es difícil soportar los inconvenientes cuando no se pueden usar los artefactos básicos de la casa.
Deja tus cargas
Un hombre que conducía su camioneta por un camino rural vio a una mujer que llevaba una carga pesada, así que se detuvo y ofreció llevarla. La mujer le dio las gracias y subió a la parte de atrás.
Otro aspecto del consuelo
El lema de nuestro campamento para adultos era «Consuela a mi pueblo». Un orador tras otro comunicaban palabras de ánimo, pero el último cambió de tono drásticamente. Tomó Jeremías 7:1-11, y su tema fue «Despierten del sueño». Sin rodeos, pero con amor, nos desafió a despertarnos y alejarnos de nuestros pecados: «No se escondan detrás de la gracia de Dios ni sigan viviendo en secreto. Nos jactamos, diciendo: “Soy cristiano; Dios me ama”, pero practicamos toda clase de pecados».
Presta mucha atención
Sentado en el auditorio, miraba fijamente al pastor. Mi postura sugería que estaba absorbiendo todo lo que decía. De pronto, escuché que todos se reían y aplaudían, y quedé sorprendido. Aparentemente, el pastor había dicho algo cómico, pero yo no tenía idea de qué era. Aunque parecía que estaba escuchando atentamente, mi mente estaba en otra parte.
Vigilante y alerta
Mi escritorio está junto a una ventana que da al vecindario, y tengo el privilegio de observar las aves que se posan en los árboles cercanos. Algunas se acercan a la ventana para comer los insectos atrapados en el mosquitero, y miran y escuchan atentamente alrededor por si hay algún peligro. Solo cuando están seguras, se posan para alimentarse. Aun así, cada pocos segundos, investigan la zona.
Estoy contigo
Mientras hacía una pasantía en una revista, escribí sobre una persona que se había convertido al cristianismo. De manera drástica, le dijo adiós a su antigua vida y se aferró a su nuevo Amo: Jesús. Cuando la revista comenzó a venderse, una llamada anónima amenazó: «Cuidado, Darmani. ¡Te estamos vigilando! Si escribes historias como esa en este país, tu vida corre peligro».
Morir por otros
Me encantan las aves. Por eso, compré seis pájaros enjaulados y los llevé a casa para nuestra hija, quien empezó a cuidarlos todos los días. Al tiempo, uno se enfermó y murió. Nos preguntamos si vivirían mejor fuera de la jaula. Entonces, liberamos a los cinco sobrevivientes y vimos cómo se iban volando felices.